La observación de fauna es una actividad que debe seguir ciertas reglas de conducta y ética, orientadas a evitar molestias. Una conducta adecuada no debe darse sólo en espacios protegidos, sino en todo el territorio y con todas las especies. A continuación indicamos algunas pautas básicas para la observación de fauna:
Reducir al máximo la perturbación a animales y sus hábitats. Mantener siempre una distancia suficientemente amplia entre el observador y el animal y en general permanecer en los caminos. Extremar el cuidado en periodo de cría, o junto a zonas de alimentación, descanso, para migratoria, cortejo, etc.
Si encuentras una especie muy rara, piensa dos veces antes de correr la noticia. ¿Puede esa ave o animal ser observada por muchas personas sin que se le moleste en exceso o hasta provocarle daños? ¿Es una especie que está catalogada? ¿Puede la observación de ese ejemplar dar lugar a un deterioro del lugar (hábitat) donde está? Si es el caso, recomendamos introducir el dato usando el código "dato oculto".
Debe respetarse en todo momento la legislación, incluido el acceso a espacios protegidos y sensibles.
Debe respetarse, igualmente, la prohibición de acceso a propiedades privadas y evitar un mal uso de la propiedad pública que incluya comportamientos inadecuadas como bloqueo de pistas o carreteras, etc.
En general, debe procurarse mantener un comportamiento ejemplar, que no de pie a generar opiniones opuestas a la observación de aves y al colectivo de observadores de aves u otro tipo de fauna.
En el caso de la fotografía, hay que recordar que el uso de escondites está regulado y debe contar con la autorización de las Administraciones correspondientes. Igualmente, el uso de reclamos está prohibido y su empleo necesita, en consecuencia, de autorización.